Se habla mucho de ellos, pero pocos sabemos realmente qué son los alimentos orgánicos y qué los diferencia de los agroecológicos. La licenciada Tamara Lareu, M.N. 4331, nutricionista del Centro Luma, nos explica que los orgánicos son “alimentos producidos bajo un sistema que tiene en cuenta la salud del suelo y los ecosistemas sin utilizar agroquímicos que puedan dañar el medio ambiente y la salud de los consumidores”. El trámite para acceder a esta certificacion es oneroso, lo que se traslada al precio final.
En tanto que los agroecológicos también son producidos sin agroquímicos y teniendo en cuenta que cuidado del medio ambiente, pero no necesariamente están producidos “bajo un sistema que quiere una certificación como los orgánicos”, afirma la especialista.
Existe también una certificación para los productos agroecológicos. Pero en realidad son dos, el de Transición Agroecológica y el Certificado Agroecológico en sí, en ambos casos emitidos por profesionales de las universidades nacionales con carrera de Agronomía. Es un sistema de acompañamiento al productor pequeño dirigido por la UN-QUI, la UBA o la Universidad de La Plata, entre otras. Se los asesora para que puedan cultivar sin químicos, distribuyan las plantaciones de manera tal que alejen las plagas y respetan los tiempos de siembra y cosecha. Cuando culminan todas las adecuaciones se les da el certificado final. El sistema también incluye el comercio justo (no abuso del productor), el aliento a la formación de cooperativas y la reducción de pasos intermedios en la cadena de distribución, lo que permite reducción del precio que paga el consumidor.
Lareu afirma que la tendencia orgánica responder al consumo más responsable con el medio ambiente. “Y también porque hay una creencia de que el glisofato (un herbicida ampliamente usado) produce daño en la salud de los consumidores”, agrega la nutricionista.
En cuanto a los precios, los productos orgánicos suelen ser más costosos que los no orgánicos, Lareu dice: “Si bien cada vez hay más, la oferta de orgánicos sigue siendo escasa. Por ejemplo en el Mercado Central, de los 900 puestos que hay de frutas y hortalizas, solo uno vende productos orgánicos (Paralelo Orgánico). Los agroecológicos en tanto, tienen un precio similar al de los productos convencionales”.
Victor Manuel Constante es sociólogo y dueño del almacén Natural Green Power del barrio de Almagro, donde vende alimentos orgánicos. “Vendemos orgánicos porque entendemos que nuestra salud-bienestar depende casi totalmente de la calidad de nuestra alimentación y de la actividad física que hagamos”, dice. Y agrega: “Para nosotros es vital ser conscientes de ‘cómo’ y con ‘qué’ alimentamos nuestro cuerpo, porque impacta de forma directa en nuestro bienestar general y por lo tanto en el bienestar de toda la sociedad”. En cuanto a los precios de venta al público, Victor afirma que “el costo de producción puede ser más elevado por el cuidado que implica un trabajo intensivo sobre los productos, debido a que las plagas tienen que ser tratados con elementos ‘no nocivos’ para el medio ambiente o el consumidor, que muchas veces termina siendo manual. Por otro lado, al no contar con ‘modificación de laboratorio’ o ‘intervenciones químicas’, la durabilidad del alimento puede ser menor o la maduración más rápida. Habiendo dicho lo anterior, es importante aclarar un aspecto positivo adicional: el olor y los sabores más intensos y sabrosos”.