Por qué la gente se casa cada vez menos

En los últimos años bajo casi a la mitad la cantidad de casamientos en la ciudad de buenos aires. Pero se trata de un fenómeno registrado en parte del mundo.

Porque yo/ no quiero trabajar/ no quiero ir a estudiar/ no me quiero casar…”, dice La Guitarra, el hit de Los Auténticos Decadentes que justamente se baila en la mayoría de los casamientos. “Que aburrido debe ser, tener sólo una mujer/ nunca me podría casar/ No conozco a nadie que no haya terminado mal”, propone la letra de Yo no me Quiero casarà ¿y Usted, de Turf. Esas canciones proponen eludir el compromiso que genera el matrimonio. Y parece que no casarse es tendencia, en la Argentina y en el mundo. Cada vez se casa menos gente: los números indican que sólo en Buenos Aires se casaban 22 mil parejas al año; en la actualidad en la ciudad la cifra no llega a los 13 mil. Son varios los motivos, pero la realidad es que las parejas se casan mucho menos que antes.

Los números también indican que hoy las parejas se casan, en promedio, a los 34 años de edad. Más precisamente, 35 para los varones y 33 y medio para las mujeres. Son entre 5 y 6 años más grandes que en 1990. ¿Otro dato en cifras? El 22 por ciento de los que se casó el año pasado fue reincidente; es decir, se había divorciado, por lo menos, una vez.

La Encuesta Anual es coherente con los números de los registros civiles: arroja que el 40,5 por ciento los porteños de entre 25 y 34 años está soltero, proporción que entre los 35 y los 44 años cae al 12,8. Los casados, en tanto, pasan a constituir casi el 35% de los casos entre los 35 y los 44, es decir, más del doble del porcentaje que se registra entre quienes tienen entre 25 y 34. Por otra parte, quienes viven en pareja sin casarse es casi la misma entre los de 25 a 34 que entre los de 35 y 44: 35,3% y 36,4%, respectivamente. Los dos años posteriores a la sanción del matrimonio igualitario (2010-2012) implicaron una reversión momentánea de la curva, que luego continuó su inclinación descendente.

¿Qué hay que hacer para casarse? Ir al Registro Civil que corresponda al domicilio de cualquiera de los o las dos y completar una solicitud con estos datos: nombres, apellidos y DNI; la edad, nacionalidad, lugar de nacimiento, domicilio y profesión; los nombres y apellidos, nacionalidad, documentos de identidad, domicilio y profesión de los padres. Tienen que declarar si estuvieron casados o casadas antes. En ese caso, deben informar el nombre del excónyuge, dónde se casaron y el motivo por el que finalizó el matrimonio. Tienen que acompañar el acta de defunción en caso de muerte o copia legalizada de la sentencia que anuló o disolvió el matrimonio anterior. Cabe aclarar, que desde la reforma del Código Civil las parejas del mismo sexo pueden casarse. Además hay que pedir turno en el Registro Civil que corresponda al domicilio de cualquiera de los dos para casarse. La antelación depende de cada provincia. La ceremonia del casamiento por civil es pública. Tienen que estar presentes los novios, el oficial público del Registro Civil y los testigos que eligieron los novios. El oficial público les dice a los novios cuáles son sus deberes como esposos, después recibe de cada uno de ellos la declaración de que quieren casarse y les dice que quedan unidos en matrimonio en nombre de la ley, y les entrega la libreta de familia, documento donde se asienta el matrimonio, el nacimiento de los hijos del matrimonio y las muertes de los integrantes de la familia. El casamiento otorga a cada uno 10 días corridos de licencia en su trabajo.

Para esta nota, accedimos a la celebración de un casamiento en la Ciudad de Buenos Aires en la que quedó claro que el acto es muchísimo más descontracturado que en tiempos pasados. Es más, hasta la oficial pública del Registro Civil manifestó a viva voz que ella no creía demasiado en la institución del matrimonio. Es justo aclarar que también su forma de actuar ratificó su gran pasión vocacional por su trabajo.

La propia oficial expresó qué es lo que dice en medio de cada ceremonia. “Les explico a los novios comentó que el nuevo Código Civil y Comercial de la Nación, en uno de sus artículos, el 431, dice que la base del matrimonio es que los esposos se comprometen a desarrollar un proyecto de vida en común basado en la cooperación, la convivencia y el deber moral de fidelidad. Que deben prestarse asistencia mutua… En fin, lo que dice el texto. Y les recalco que lo importante es que haya amor, en una sociedad que está tan complicada. Respeto, cuidado y valores, son clave para que prospere el matrimonio”. Además añadió: “Después convocamos a los testigos para que digan algunas palabras para quienes se casan. Después viene el turno de que hablen los novios y de que den su declaración de que quieren casarse. Y finalmente los declaro unidos en matrimonio”.

Los tiempos cambiaron. Antes eran ellas, las que parecía que deseaban llegar cuanto antes al matrimonio con su novio. Hoy ni siquiera está bien de hablar de ellas con ellos, únicamente. La gente mayor, en general, no puede entender cómo las parejas deciden no formalizar, no aceptan esa fobia al altar y al registro civil. Existe el amor, los proyectos, funciona la química a nivel sexual, les gusta vivir juntos y hasta, en algunos casos, tienen hijos juntos. Sin embargo, no quieren casarse. ¿Motivos? Muchos piensan que un papel no cambia nada, que no aumenta el nivel de compromiso, que existen miles de matrimonios infelices y que culminaron en el divorcio, que es un ritual sin sentido y a veces sienten la necesidad de realizarlo “a lo grande” y optan por no hacerlo por no tener los medios. Algunas veces es uno de los dos el que no lo desea.

Cada vez que un famoso anuncia su boda, se casa, suspende el enlace o se divorcia, también es noticia. En el último tiempo Pampita entró en escena al revelar que se casará con Roberto García Moritán. La confirmación generó una verdadera revolución entre sus seguidores. La gran boda del año se celebrará el próximo 22 de noviembre en el Palacio Sans Souci.

La que suspendió su casamiento fue Barby Franco, pareja de Fernando Burlando. Luego de que el abogado anunciara en el programa de Mirta Legrand que su boda estaba postergada, la joven modelo, enojada por esas palabras, anunció que sortearía su vestido. “¡Ya que no me caso voy a sortear mi vestido de novia! ¡Estén atentos/as!”, publicó en redes, y declaró: “El vestido es hermoso. Encima lo diseñé todo para mí, elegí la tela, viajé… ¡Lo di todo! Y después me entero por tele que Burlando había suspendido la boda. Y yo, humillada en casa, viéndolo. Dije ‘ah, bueno, listo’. Yo pensé que lo había dicho medio en joda, pero fue literal, de verdad. Ahí dije, otra vez ser la boluda, no da. Entonces agarré el vestido y lo voy a sortear en Instagram. El se hizo el canchero, ahora que se cague. Ahora yo no me quiero casar. Juro que estoy segura. Yo soy blanco o negro, no hay punto medio”.

En definitiva, al analizar el total de los casamientos -entre personas del mismo o de diferente sexo- en los últimos años la cantidad total de matrimonios cayó, mientras que la de divorcios aumentó, como se explicó en esta nota, que además deja una pregunta picando. No es ni más ni menos que la que durante tantos años hizo en su show televisivo el recordado Roberto Galán: “Yo me quiero casarà ¿y usted?”.