Más de la mitad de los argentinos tiene exceso de peso

La cuarta edición del relevamiento que forma parte del sistema de vigilancia de enfermedades no transmisibles incluyó por primera vez mediciones objetivas de talla, peso, presión arterial y otros datos bioquímicos como el control de la glucemia. La buena noticia fue el descenso del tabaquismo, aunque “la Argentina sigue lejos del ideal”, según señaló el secretario de Salud.

Más de la mitad de la población argentina presenta factores de riesgos reversibles vinculados al sobrepeso, según indicó un estudio nacional. Se trata de la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (Enfr) forma parte del Sistema de Vigilancia de Enfermedades No Transmisibles y del Sistema Integrado de Encuestas a Hogares (Sieh). Proporciona información válida, confiable y oportuna sobre factores de riesgo, los procesos de atención en el sistema de salud y las principales enfermedades no transmisibles (ENT) en la población argentina.
La semana pasada se dieron a conocer los resultados de su cuarta edición, cuyas conclusiones no hicieron más que reafirmar la preocupante propensión de los argentinos hacia la obesidad, el sobrepeso, el tabaquismo y la diabetes, entre otras patologías responsables de la mayoría de las enfermedades no transmisibles que, se sabe, son una de las principales preocupaciones en materia de salud pública en el mundo.
Los números no mienten: el 61,6% de los argentinos tiene exceso de peso, en una proporción de 36,2% de personas con sobrepeso y 25,4% con obesidad. Los datos confirman el avance de la epidemia, si se considera que la obesidad alcanza hoy a un cuarto de la población y aumentó desde 2005 casi 11 puntos porcentuales, ya que en la primera encuesta este indicador había arrojado que el 14,6% de la población encuestada registraba algún grado de obesidad.
Realizada por la Secretaría de Gobierno de Salud y el Indec, y presentada por sus máximas autoridades, ante representantes de OPS, Unicef, FAO, sociedades científicas, y integrantes de la Defensoría del Pueblo de la Nación y universidades, la encuesta fue la primera, tras sus ediciones de 2005, 2009 y 2013, en incluir mediciones objetivas a una submuestra de hogares, que incluyeron mediciones físicas (presión arterial, peso, talla y perímetro de cintura) y mediciones bioquímicas (glucemia capilar y colesterol total).

Vigilancia
“Las encuestas por autorreporte son buenas para realizar un seguimiento de vigilancia epidemiológica, pero no son precisas a los efectos de ofrecer una base informativa que permita implementar políticas públicas tendientes a reducir la prevalencia de las enfermedades no transmisibles”, apuntó el secretario de Salud, Adolfo Rubinstein, y agregó: “Esta es una manera de precisar mucho mejor la información y tener datos más confiables, que permitirán mejorar la vigilancia epidemiológica y tener base para futuras políticas de salud”.
Tras asegurar que las cifras que marcaron el aumento de la diabetes y la obesidad en el país son “datos que no sorprenden”, el funcionario dijo que “el crecimiento del sedentarismo va en la misma línea que las tendencias globales”.
Epidemia
El documento presentado en la sede de la cartera sanitaria dejó ver que “la epidemia de sobrepeso y obesidad, en consonancia con la tendencia en las ediciones anteriores de la Enfr y la observada a nivel internacional, continúa aumentando”. “Los datos son alarmantes si se tiene en cuenta que la obesidad entre adultos por autorreporte creció de un 20,8% a un 25,4% en tan solo cinco años -rezan las conclusiones del relevamiento-. El hecho de que el indicador de sobrepeso se haya mantenido estable sólo expresa que un número significativo de personas que tenían sobrepeso pasaron a la categoría de obesidad, y que una proporción de quienes tenían peso normal pasaron a la categoría sobrepeso”.
En tanto, la actividad física baja aumentó de 54,7% a 64,9% en los adultos. Este incremento está en línea con la evidencia internacional que muestra que la prevalencia de inactividad física aumentó en los últimos años en América Latina y el Caribe. “El incremento de este indicador contribuye a la epidemia creciente de obesidad y expresa la necesidad de profundizar las políticas públicas para promover la actividad física en toda la población, con un enfoque inclusivo y de protección de derechos”, sostiene la interpretación de los resultados de la encuesta. En países como la Argentina, con una rápida urbanización, “es necesario poner en marcha políticas poblacionales a favor del transporte activo, entornos laborales y escolares físicamente activos y la participación en propuestas de actividad física, deporte y recreación en espacios comunitarios”, sugieren.

Lo que hay por hacer
“La prevención de la obesidad infantil es un eje estratégico de nuestra gestión en tanto la entendemos como un problema de salud pública que afecta a los más vulnerables y pone en riesgo su salud presente y futura”, sostuvo Rubinstein, quien resaltó que en el país “por cada cinco niños con malnutrición, cuatro tienen sobrepeso”. La implementación de programas de promoción de la alimentación saludable, el mejoramiento de los entornos saludables, la difusión de las Guías Alimentarias para la Población Argentina y la puesta en marcha de un modelo de etiquetado frontal, que se espera vea la luz durante los próximos meses, son todas iniciativas que apuntan a dar respuesta a la epidemia de obesidad.

 

La diabetes, un capítulo aparte

El incremento de la diabetes merece un capítulo aparte, ya que la prevalencia autorreportada de glucemia elevada o diabetes aumentó de 9,8% a 12,7% en la cuarta edición de las Enfr respecto de la edición anterior. Y si bien este aumento significativo era esperable dado que acompaña el crecimiento de la obesidad y de la inactividad física, ambos factores de riesgo reconocidos de diabetes tipo 2, a través de las mediciones bioquímicas de la encuesta, el 8,4% de la población registró glucemia capilar elevada (digitopunción con valor de glucemia =110 mg/dl).
Asimismo, tres de cada diez individuos que se reconocieron con glucemia elevada o diabetes en el autorreporte tuvieron registros de glucemia elevada en las mediciones bioquímicas; mientras que el 5% de los individuos que no declararon tener glucemia elevada o diabetes por autorreporte tuvieron registros elevados de glucemia.

Fecha: 21-4-2019

Fuente: El Litoral