El Observatorio Europeo Austral (ESO) y el equipo del sistema sincronizado de Event Horizon Telescope (EHT) mostraron una imagen del agujero negro supermasivo Messier 87 (M87), lo que supone una verdadera revolución en la astrofísica. Es la primera que se conoce de un agujero negro.
Clarín recibió la noticia en Córdoba, donde tiene lugar el GRAV19, un congreso internacional de cosmología que reúne a expertos gravitacionales. Allí, Oscar Reula, docente titular en la Facultad de Matemática, Astronomía, Física y Computación (Famaf) de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) e investigador principal del Conicet, señaló que la imagen “permitirá corroborar o descartar la teoría de Einstein, analizar los discos de acreción, compuestos de gas y polvo, que giran a una altísima velocidad alrededor del agujero negro, produciendo una radiación que revela su posición”.
“Además —agregó Reula—, gracias a estas imágenes se podrá comprender cómo funciona el magnetismo de los agujeros negros, ahondando en nuestro conocimiento sobre cómo se forman los jets, los chorros de partículas expulsados desde los polos de los agujeros negros. Se trata de la emisión de cantidades descomunales de energía, cuya única explicación por el momento es que provienen de la energía de rotación de los agujeros negros”.
Gran anuncio de la Astrofísica en busca del origen cósmico./ NSF
Una de las maneras en que los agujeros negros se originan es como consecuencia del colapso de una estrella. El resto de la materia de una estrella queda limitada a una pequeña zona, que luego da paso a un gran campo gravitacional. La fuerza de gravedad de un cuerpo depende de su masa y si esta es muy grande, la gravedad será tan alta que el cuerpo comenzará a atraer todo lo que haya alrededor, incluso la luz. Lo que implica que su masa y su fuerza de gravedad irán aumentando a medida que “coma” nuevas estrellas, explicó a este diario Reula.
La red de telescopios que forman un telescopio virtual del tamaño de la Tierra para capturar la primera imagen de un agujero negro en el espacio exterior – AFP / AFP
La red global de telescopios del EHT conecta varias antenas de radio en todo el planeta, lo cual crea un gran lente virtual del tamaño de la Tierra, de unos 10.000 kilómetros de diámetro, con el suficiente poder de aumento como para penetrar el área esquiva alrededor de un agujero negro, incluido lo que se conoce como su horizonte de eventos, equivalente al punto de no retorno donde estrellas, planetas, gas, radiación electromagnética, incluida la luz, son absorbidos.
En abril de 2017, ocho telescopios ubicados en distintos puntos del planeta apuntaron sus “ojos” simultáneamente hacia dos agujeros negros: Sagitario A*, en el centro de la Vía Láctea, y M87, ubicado en la constelación de Virgo, a 50 millones de años luz. La intención era obtener un “retrato” de sus regiones circundantes. La foto presentada este miércoles corresponde al M87.
Las nuevas imágenes harán posible poner a prueba la teoría de la relatividad general de Einstein, que predice la existencia de una “sombra” circular alrededor de los agujeros negros.
En física, las ecuaciones de campo de Einstein constituyen la base del aparato predictivo de la relatividad general. Son un conjunto de diez ecuaciones que describen la interacción fundamental de la gravitación como resultado de que el espacio-tiempo está siendo curvado por la materia y la energía.
“Los agujeros negros representan soluciones de las ecuaciones de Einstein donde el efecto de la geometría es preponderante sobre la materia. Es decir, es una región finita del espacio en cuyo interior existe una concentración de curvatura, la cual actúa como si hubiese mucha materia, tanta como para generar un campo gravitatorio de tal magnitud que ni siquiera la luz puede escapar de su interior”, señala Reula.
Se trata de M87, un agujero negro supermasivo situado en el centro de la galaxia de ese nombre. / NSF
Aunque la teoría de la relatividad general había predicho la existencia de horizontes de eventos alrededor de los agujeros negros, hasta ahora los telescopios no tenían capacidad de resolución suficiente para “ver” un agujero negro. Y pese a que los horizontes de eventos pueden tener varios millones de kilómetros de diámetro, los agujeros negros son esquivos. Están muy lejos, y muchas veces ocultos detrás de grandes cantidades de gas y polvo interestelares.
Los datos registrados en todos los sitios han sido enviados de vuelta a dos instalaciones centrales de procesamiento en el MIT y el Instituto Max Planck de Radioastronomía, donde las señales de todos los telescopios participantes se están combinando desde hace años.
Córdoba. Enviado especial.
LGP
Fecha: 11-4-2019
Fuente: Clarín