Comenzó una carrera para producir litio en Estados Unidos. Los proyectos que compiten tienen diferentes enfoques sobre la extracción del mineral.
Por Ivan Penn y Eric Lipton (The New York Times)
En la cima de un volcán inactivo en el norte de Nevada, los trabajadores se aprestan a hacer explotar y excavar un pozo gigante que servirá como la primera mina litífera a gran escala en Estados Unidos en más de 10 años – un nuevo suministro del ingrediente fundamental en baterías de autos eléctricos y energías renovables.
La mina, construida sobre terrenos federales arrendados, podría ayudar a encarar la dependencia casi total que tiene Estados Unidos de fuentes extranjeras de litio.
Pero el proyecto, conocido como Lithium Americas, ha suscitado protestas de miembros de una tribu nativa estadounidense, ganaderos y grupos ambientalistas porque se estima que utilizará miles de millones de galones de valiosa agua subterránea, pudiendo contaminar parte de ella por 300 años, y dejando una gran pila de desechos.
“Volar una montaña no es algo ecologista, sin importar cuánto marketing se le ponga”, dijo Max Wilbert, quien estuvo viviendo en una tienda de campaña en el sitio propuesto de la mina mientras que dos demandas judiciales para bloquear el proyecto avanzan en tribunales federales.
La pelea por la mina de Nevada es un emblema de una tensión crucial que está apareciendo en todo el mundo: los autos eléctricos y las energías renovables quizás no sean tan verdes como parecen. La producción de materias primas como el litio, el cobalto y el níquel que son esenciales para estas tecnologías suele ser desastrosa para la tierra, el agua, la fauna y las personas.
Ese daño ambiental a menudo ha sido desatendido en parte porque ya hay una carrera entre Estados Unidos, China, Europa y otras potencias. Al igual que en disputas y guerras del pasado por el oro y el petróleo, los gobiernos están peleando por la supremacía sobre los minerales que podrían ayudar a los países a lograr el dominio económico y tecnológico en las próximas décadas.
Desarrolladores y legisladores consideran este proyecto de Nevada, aprobado en los últimos días del gobierno de Trump, como parte de la oportunidad para Estados Unidos de convertirse en un líder en la producción de estas materias primas en momentos en que el presidente Biden toma enérgicas medidas contra el cambio climático. Además de Nevada, se han propuesto sitios de producción de litio en California, Oregon, Tennessee, Arkansas y Carolina del Norte.
La minería tradicional es una de las actividades más sucias. Esa realidad no escapa a las automotrices y sectores de energías renovables.
“Nuestras demandas de energías limpias podrían estar provocando un daño mayor, aunque la intención sea buena”, dijo Aimee Boulanger, directora ejecutiva de la Iniciativa para el Aseguramiento de la Minería Responsable, un grupo que mide el desempeño de minas para empresas como BMW y Ford Motor. “No podemos dejar que eso suceda”.
Esta fricción ayuda a explicar por qué en los últimos meses surgió una disputa en Estados Unidos acerca de la mejor forma de extraer y producir grandes cantidades de litio de maneras que sean mucho menos destructivas de las que la minería ha aplicado por décadas.
Solo en el primer trimestre de 2021, los mineros de litio estadounidenses como los de Nevada recaudaron casi US$3.500 millones en Wall Street, siete veces la suma obtenida en los anteriores 36 meses, según datos recopilados por Bloomberg. Un indicio del furor en marcha.
Algunos de esos inversores apoyan iniciativas que incluyen un plan para extraer litio del agua salada debajo del lago más grande de California, el Mar de Salton, ubicado a unos 900 kilómetros de la mina de Lithium Americas.
Estados Unidos necesita encontrar rápidamente nuevas fuentes de litio a medida que las automotrices aumentan su fabricación de vehículos eléctricos. El litio se utiliza en las baterías de los autos eléctricos porque es liviano, puede almacenar grandes cantidades de energía y ser recargado repetidas veces. Los analistas estiman que la demanda de litio se multiplicará por diez antes del final de esta década porque Tesla, Volkswagen, General Motors y otras automotrices desarrollan docenas de modelos eléctricos. Otros componentes como el cobalto son necesarios para mantener estable la batería.
Aunque Estados Unidos cuenta con algunas de las reservas más grandes del mundo, el país hoy tiene una sola explotación de litio a gran escala. Es Silver Peak, en Nevada, que comenzó a operar en los años 60 y produce apenas 5.000 toneladas por año, menos de un 2% del suministro anual mundial. La mayor parte del litio crudo que emplea Estados unidos proviene de América Latina o Australia, y, en su mayoría, es procesado y convertido en celdas para baterías en China y otros países asiáticos.
Las compañías mineras y empresas relacionadas quieren acelerar la producción local de litio y están presionando al gobierno y a legisladores clave para que incluyan un paquete de subsidios en el proyecto de ley de infraestructura de Biden, argumentando que se trata de un asunto de seguridad nacional.
Los inversores se apresuran a obtener permisos para nuevas minas y a iniciar la producción para garantizar contratos con fabricantes de baterías y de automóviles.
Básicamente, los funcionarios estatales y federales decidirán cuál de dos métodos – minería tradicional o extracción de salmuera – será aprobado. Ambos podrían serlo. Mucho dependerá de cuanto éxito tengan los ambientalistas, tribus y grupos locales en bloquear proyectos.
Las operaciones podrían comenzar pronto en la mina a cielo abierto de Lithium Americas en Nevada, que representará uno de los sitios de producción litífera más grandes en la historia de Estados Unidos. Contará con un helipuerto, una planta de procesamiento químico y vertederos de residuos. La mina alcanzará una profundidad de más de 300 metros.
Con una producción de 66.000 toneladas anuales de carbonato de litio de grado batería, la mina contaminaría el agua subterránea con metales como el antimonio y el arsénico, según documentos federales.
La reserva indígena de Fort McDermitt se encuentra a alrededor de 70 kilómetros de la mina, y lejos del área cuya agua subterránea se contaminaría, pero los miembros de la tribu temen que la polución pueda expandirse.
La extracción de litio de depósitos de salmuera en salares se ha utilizado desde hace mucho tiempo en Chile, Bolivia y la Argentina, donde el sol evapora el agua de enormes estanques.
En el Mar de Salton el procedimiento sería diferente.
El lago se asienta sobre Salton Buttes, que, como en Nevada, son volcanes subterráneos.Durante años, CalEnergy, de Berkshire Hathaway, y Energy Source, aprovecharon el calor geotérmico de Buttes para producir electricidad. Los sistemas usan el vapor subterráneo que se produce naturalmente. Esta misma agua está cargada de litio.
Hoy, Berkshire Hathaway y otras dos compañías –Control Thermal Resources y Materials Research – quieren instalar equipos que extraerán el litio después que el agua pase por plantas geotérmicas, en un proceso que durará unas dos horas.
Pero estos proyectos plantean algunos interrogantes.
Las plantas geotérmicas producen energía sin emisiones, pero pueden requerir miles de millones de galones de agua al año para el enfriamiento.
Numerosas compañías que trabajan con la técnica de extracción directa de litio – como Lilac Solutions, de California, y Standard Lithium, de Vancouver – confían en haber dominado la tecnología.
Ambas han presentado proyectos demostrativos que utilizan la tecnología de extracción de salmuera, en el caso de Standard Lithium, aprovechando una fuente de salmuera extraída del suelo por una planta química de Arkansas, con lo cual no fue necesario tomar agua adicional del suelo.
“Este aspecto verde es increíblemente importante”, dijo Robert Mintak, CEO de Standard Lithium, que espera que la empresa produzca 21.000 toneladas anuales de litio en Arkansas en el término de cinco años si obtiene US$440 millones de financiación.
Lilac Solutions también está trabajando con extracción directa en Nevada, Dakota del Norte y al menos otra ubicación en Estados Unidos que no quiso revelar. La firma predice que en cinco años, estos proyectos podrían producir unas 100.000 toneladas de litio anuales, o 20 veces la producción local de hoy.
Los ejecutivos de empresas como Lithium Americas se preguntan si estos procesos más innovadores pueden proporcionar todo el litio que el mundo necesita.
Pero las automotrices apuntan a técnicas con mucho menos impacto ambiental.
“Las tribus indígenas están siendo expulsadas y su agua envenenada. No queremos ser parte de eso”, dijo Sue Slaughter, directora de compras de Ford para la sostenibilidad de la cadena de suministro. “Queremos obligar a las industrias a las que les compramos materiales a asegurarse de que los extraen de manera responsable”.