La transformación que está teniendo la industria automotriz no tiene precedente en su historia. Los cambios que se están haciendo y a la velocidad en la que se están llevando a cabo, hacen que esos autos que la ciencia ficción imaginó estén mucho más cerca de lo que parece.
Estos nuevos dispositivos, algunos que ya existen pero que están reservados para una pequeña elite, apuntan a mejorar el confort y la interacción con el automóvil, aunque su objetivo principal es que los traslados sean cada vez más seguros.
Autos que se abrirán sin llaves y podrán reconocer nuestros gestos para habilitar alguna función. Asistentes virtuales que serán guías y hasta compañeros de viaje o sistemas de navegación cuya pantalla será todo el parabrisas.
Más cámaras, más sensores y luces que además de iluminar dibujarán símbolos sobre la calzada para advertir al conductor de alguna circunstancia particular o para enviar un mensaje a un peatón.
Todo eso se podrá hacer gracias a un sistema eléctrico más potente y con la capacidad necesaria para hacerse cargo de todos los nuevos dispositivos que incorporarán los autos, que se irán popularizando al mismo tiempo que aparecerán más vehículos eléctricos y con mayor eficiencia.
La llegada del auto que se maneje solo está muy cerca, pero el desafío es lograr que el sistema lo pueda hacer bajo cualquier circunstancia. Para eso, será clave la comunicación permanente entre los vehículos y entre estos y el entorno que los rodea.
Y aquel sueño de autos voladores finalmente parece que se volverá realidad. Ya no son sólo empresas privadas las que están trabajando en los desplazamientos aéreos, sino que hay gobiernos que se involucran de lleno como una alternativa más de movilidad. Aunque probablemente no los llamemos más autos.
Las llaves inteligentes llegaron hace algunos años. Se trata de dispositivos que solo necesitan estar cerca del vehículo para que el sistema reconozca su presencia y destrabar las puertas o habilitar el encendido del motor, por medio de un botón.
Y a pesar del riesgo de ser hackeados que representa esta modalidad, la tecnología va a serguir avanzando hasta hacer desaparecer la llave del vehículo tal como la conocemos.
Hoy ya existen algunas opciones de accesorios como pulseras, que de algún modo cumplen la misma función de la llave inteligente, con la gran diferencia que no hay que preocuparse por llevarla en el bolsillo. Hasta hay algunos que le han puesto diseño para lucirla como una joya.
La otra opción es el teléfono celular. Ya son varios las marcas que ofrecen poder destrabar las puertas a través del smartphone, pero por ahora están disponibles en modelos exclusivos. La excepción la da Chevrolet, con su sistema OnStar, que da un servicio de monitoreo en donde el conductor también puede realizar algunas acciones desde su teléfono.
Pero estas opciones irán un poco más allá, ya que Hyundai, anunció que para la nueva generación de su modelo Santa Fe, ofrecerá un sensor que lee la huella digital para activar los sistemas del vehículo. Y hay otros que también prometen reconocieminto facial.
En la última década los autos fueron ofreciendo cada vez más funciones. Y en parte por eso las pantallas táctiles terminaron siendo un elemento clave en los vehículos modernos, ya que permite controlar decenas de funciones con un mismo elemento: hoy sería imposible agrupar tantos botones y perillas sobre la plancha de a bordo.
Pero la opción que empieza a aparecer y promete con aumentar su alcance es la de reconocimiento gestual por parte del vehículo. Dicho de otro modo, el auto será capaz de interpretar movimientos de las manos y activar funciones o desactivar funciones.
Marcas como BMW o Mercedes-Benz ya ofrecen algunas opciones de este tipo. Por ejemplo, con solo apuntar con el dedo índice hacia la consola central, se puede modificar el volumen del equipo de audio dibujando un círculo en el aire: si se gira hacia la derecha se sube y si es hacia la izquierda se baja.
Atender o rechazar una llamada entrante, bajar o elevar el vidrio de una ventanilla o abrir y cerrar el techo solar son otras de las funciones que se pueden manejar con solo tirar manotazos al aire dentro del habitáculo.
Esta tecnología promete avanzar hasta el punto de poder reconocer e interpretar la mirada del conductor para complementarse con otras opciones de accionamiento de comandos. Si el conductor está manteniendo una conversación, el sistema reconocerá que deberá dar prioridad a la información gestual o de la mirada.
Además, permitirá integrarse con otras tecnología como la realidad aumentada. Así, el conductor solo tendrá que señalar con el dedo hacia un edificio y preguntar, por ejemplo, “¿Qué clase de restorán es?” y recibir toda la información correspondiente. Y hasta la posibilidad de hacer una reserva.
“Ey, Google” u “Oye, Siri” son asistentes virtuales en los teléfonos celulares que cada vez se hacen más amigables y permiten una interacción más natural. Con ese mismo concepto son varias las marcas que desarrollan y perfeccionan sus propios asistentes dentro del vehículo. Es la evolución de los comandos por voz que ya ofrecían muchas marcas.
Uno de los primeros que lo ha implementado es Mercedes-Benz, con su MBUX, que responde al llamado de “Hey, Mercedes”. Gracias a un sistema de inteligencia artificial, es capaz de reconecer preguntas de compleja formulación que van más allá de indicar una dirección para el navegador satelital o que cambie a tal estación de radio.
Hay empresas que ya trabajan en la personificación de ese asistente o sumar al vehículo a alguien de modo virtual. Nissan estudia poder conectar a conductores y pasajeros con personas que estén en otros lugares. Esto posibilitaría que la familia, los amigos u otras personas aparezcan dentro del automóvil como avatares tridimensionales de realidad aumentada para proporcionar compañía o asistencia.
El Head Up Display (se podría traducir como “visor de cabeza levantada”) proyecta información sobre el parabrisas a la altura del campo de visión del conductor, lo que favorece a no quitar la vista del camino. Primero fueron datos como la velocidad o la marcha en la que estaba engranada la caja de cambios; hoy se proyectan gráficos claros del sistema de navegación.
Pero el paso siguiente será mejorar la experiencia y la precisión de estos dispositivos. Uno de los primeros en plantear esa evolución fue Jaguar, cuando anunció que iba a utilizar casi todo el parabrisas para utilizar indicaciones más exactas en la navegación. Por ejemplo, se dibujará un auto guía virtual sobre el parabrisas que ira mostrando el carril más indicado para viajar, la salida que hay que tomar o la esquina en la que hay que doblar.
Al mejor estilo de un videojuego, ese “auto fantasma” también podrá mostrar cuál es la traza perfecta para tomar una curva con un deportivo en un circuito. Pero también podrá informar, por ejemplo, cuáles son los lugares habilitados para estacionar en una cochera.
Otra utilización de esta tecnología ayudaría mucho a los que practican off road o circulan habitualmente por caminos complicados. La idea la presentó Land Rover y consiste en hacer transparente el capó. Utilizando una cámaras en la trompa y a la altura de los espejos, se forma una imagen frontal que le permite al conductor ver qué sucede apenas delante del vehículo y por debajo del motor.
El trabajo aerodinámico que realizan los diseñadores es cada vez más exhaustivo. Se desarrolla hasta en el más mínimo detalle, especialmente en estos últimos años en donde las normas medioambientales se han intensificado en algunos países y la búsqueda de eficiencia es esencial. Los espejos retrovisores laterales son un “incoveniente” estético y aerodinámico y seguro no estarían allí de no ser por su obligatoriedad.
La solución ya apareció en el horizonte y plantea reemplazarlos por cámaras que proyectarán sus imágenes en tiempo real sobre pantallas ubicadas en las puertas delanteras, muy cerca del campo de visión actual que entregan los espejos tradicionales.
Más allá de los beneficios aerodinámicos y de estilo que esta solucuión plantea, también agrega ganancia en materia de seguridad. Con las cámaras se puede eliminar los ángulos ciegos, mejorar digitalmente la imagen y ampliar el campo de visión según la maniobra. Además, se evitarían los encandilamientos y sería más fácil lidiar con molestias como la condensación de vapor (espejos empañados) y la suciedad.
A su vez, hay opciones similares para el espejo retrovisor interno, que gracias a una cámara ubicada en el sector trasero del vehículo, puede proyectar la imagen en el mismo espejo y mostrar lo que sucede detrás, aún si se lleva un objeto voluminoso en el baúl que en condiciones normales nos taparía la visión. En este caso también se evitarían los encandilamientos y el campo de visión sería mucho más amplio.
Los sistemas de asistencia a la conducción están en una etapa tan avanzada que hoy reconocen algunas situaciones mucho antes de lo que un conductor lo pueda hacer. Pero esa lectura previa también será utilizada para informar al conductor de ciertos acontecimientos en el camino.
De esa manera, por ejemplo, si el auto reconoce, ya sea reconociendo un cartel de advertencia o por información que le llegó al sistema de navegación, que hay una obra sobre el camino, que obliga a moverse del carril por el que el auto viene viajando, las mismas luces crearán una marcación horizontal sobre el camino para indicar el trayecto que debe tomar el vehículo.
Del mismo modo podrá advertir, dibujando sobre la calzada, un cruce peligroso que no está bien señalizado o la presencia de hielo sobre el camino. Todo esto sin dejar de iluminar el camino.
Y si el vehículo llegara a reconocer a un peatón al costado del camino con intenciones de cruzar, aún de manera indebida, lo invitará a cruzar dibujando una senda peatonal sobre el asfalto.
En materia de sistemas de propulsión el futuro aparece bastante claro: la electricidad va a estar cada vez más presente en los vehículos.
Si bien hoy ya existen vehículos híbridos (que llevan un motor de combustión y otro eléctrico) y eléctricos puros, en los próximos años proliferarán lo que se denomina como “híbridos de 48 voltios” o también llamados “myld-hybrid”.
Se trata de una hibirdación suave y la manera más accesible y menos costosa de electrificar el parque automotor. Con este sistema se logra una reducción del consumo de combustible del 15% respecto de un vehículo con sistema eléctrico del 12V, que utilizan la mayoría de los autos en la actualidad.
Con este sistema el motor de combustión se encara exclusivamente de mover el vehículo y se lo deslinda de cualquier otra responsaibilidad. El aire acondicionado, la asistencia de la dirección y todos los demás sistemás dependerán del sistema eléctrico, que utiliza energía principalmente obtenida en los procesos de desaceleración. Si llegara a precisar más, ahí sí será el motor de combustión el que general electricidad necesaria.
Con este sistema también se pueden instalar dispositivos que funciones más rápidamente a pesar de una demanda grande de energía. Por ejemplo, Audi desarrolló un sistema de seguridad que detecta un choque lateral que, para proteger mejor a los ocupantes, elevará la altura de la suspensión de ese costado para que el impacto se produzca sobre el piso del auto, que es mucho más robusto que las puertas. Lo hace en milésimas de segundo sgracias al sistema de 48V.
En materia de autos puramente eléctricos, lo mejor de la industria está por venir a partir del año que viene en el resto del mundo. A pesar de que ya son varios los que ofrecen modelos de estas características, la mayoría de los fabricantes tienen anunciadas familias de vehículos eléctricos a partir de 2020.
Y con ellos se anuncian mejoras en los aspectos más criticados que hoy tienen estos modelos, que son autonomía y tiempos de recarga. Ese aumento de la producción de vehículos eléctricos debería producir una reducción en sus precios de ventas. De todos modos, falta mucho para que sean mayoría: para 2030 se calcula que solo el 30% de la producción mundial corresponderá a modelos eléctricos.
La conectividad entre los distintos actores del tránsito y la infraestructura que lo rodea se viene trabajando hace años, pero recién ahora tiene fecha de implementación. A partir de 2022, por ejemplo, Ford anunció que todos los vehículos nuevos que venda en los Estados Unidos estarán conectados con el entorno. Otros fabricantes, como Audi y Ducati, que también participaron del desarrollo, se irán sumando con su uso.
Gracias a esta tecnología, que se la reconoce como C-V2X, será posible conocer de antemano quién tiene la prioridad de paso en una intersección, saber si es seguro hacer un sobrepaso en ruta o enterarnos de un accidente que acaba de ocurrir aunque estemos a cientos de metros de distancia.
Los vehículos estarán equipados con una tecnología celular que les permitirá comunicarse en tiempo real y en forma directa entre los receptores, sin tener que viajar primero hacia una central de datos para luego ser distribuida.
Las unidades equipadas con el sistema C-V2X también se podrán comunicar con semáforos, señales en calles, avenidas y autopistas y otro tipo de infraestructura vial. El potencial de esta tecnología depende de la velocidad con la que las empresas vayan equipando sus modelos con estos sistemas.
Es inevitable el camino hacia los autos que se manejen solos. Esa opción va a llegar. El cuándo aún no está del todo claro. Algunos hablan desde 2025, otros de 2030. Pero hay distintos niveles de automatización que tendrán distintos momentos de aplicación.
Calificados del 1 al 5, las opciones varían en función de las capacidades de asistencias a la conducción. Al nivel 0 corresponden todos los vehículos. El 1 incluye a los que cuentan con un sistema de control de velocidad crucero adaptativo, que tiene la capacidad de mantener una velocidad programada pero también de frenar si reconoce un vehículo más lento en su carril.
El nivel 2 agrupa a los que pueden tomar el control momentaneo del vehículo, con un sistema de mantenimiento de carril o de estacionamiento automático que también manejen freno y acelerador. El nivel 3 alcanza la automatización de la conducción pero el conductor no se puede desentender por completo; tiene que estar preparado para intervenir si el sistema lo solicita o se produce un fallo o pérdida de las condiciones de funcionamiento.
Los niveles 4 y 5 son los que están por venir. En el primero, ya no será necesario un conductor preparado para intervenir si el sistema lo solicita o se produce un fallo. Será el propio sistema el que se encargará de actuar ante cualquier eventualidad. Pero el sistema sigue limitado a ciertas condiciones y eventualmente podrá encontrarse con situaciones en las que no podrá seguir conduciendo.
En el nivel 5 no existirán limitaciones para que el sistema siga funcionando, y por tanto el vehículo podría seguir conduciendo en todo momento y bajo cualquier circunstancia. Será a partir de este nivel en el que los autos dejarán de tener volantes y pedales.
Lo que parecía una idea de ciencia ficción, finalmente llegará. Probablemente no sean exactamente los vehículos que el cine plasmó, con autos que de pronto levantan vuelo en un vecindario, pero la industria está acelerando el desarrollo de traslados cortos por el aire.
Ya no se trata solo de iniciativas de emprendedores o start ups, sino que son las grandes empresas y hasta gobiernos los que empiezan a apostar por los traslados aéreos.
En Japón, por ejemplo, se anunció un comité público-privado formado por una veintena de compañías y los ministerios de Economía y Transporte, que acordó un plan de negocio que comenzará en 2019 con pruebas de vuelo a escala nacional y terminará en 2030, con el uso extendido de este transporte en todas las áreas.
El modelo que visualiza el gobierno nipón incluye automóviles voladores eléctricos, autónomos, con despegue y aterrizaje vertical, y comercializados exclusivamente como servicio público.
Se los vislumbra como una especie drone gigante, que inicialmente tendrán un piloto al mando pero con el objetivo de alcanzar la automatización total. Es por eso que será muy poco probable que un usuario particular puede adquirir alguno, no solo por la cantidad de requisitos necesarios para poder operarlo, sino también por su costo.
Fuente: Diario Clarín
Fecha: 2-5-2018