A pocos días de ser presentada oficialmente, Libra -la “moneda” digital que impulsa Facebook- ya genera ruidos y polémicas, especialmente en EE.UU. y Europa. Organos reguladores, bancos centrales y altos funcionarios expresaron sus dudas y lanzaron fuertes advertencias sobre un sistema que intenta posicionarse como un medio de pago alternativo al dinero tradicional. “Los supervisores, y no solamente de Europa, tendrán que establecer condiciones regulatorias tan elevadas como las que existen para otros medios de pago”, dijo el vicepresidente del Banco Central Europeo, Luis de Guindos.
Como el bitcoin, Libra es una criptomoneda pero en este caso será administrada inicialmente por un consorcio de 28 empresas, entre ellas Visa, Mastercard, Uber, eBay, PayPal y Mercado Pago (Mercado Libre), la criatura de Marcos Galperin. Su objetivo, dicen sus impulsores, es facilitar y abaratar la compra de bienes y servicios y las transferencias globales de dinero a través de WhatsApp y Messenger, los programas de mensajería de Facebook. Y todo de forma “tan sencilla como si se enviara una foto”, según explicó recientemente el propio Mark Zuckerberg en la última conferencia de la red social.
Los trazos gruesos del proyecto Libra (una declaración de principios) se conocieron a través de un “White Paper” por Internet. En principio, la divisa será lanzada a nivel mundial en 2020 y será respaldada con reservas reales, es decir, con una canasta de títulos públicos y de “monedas de bancos centrales estables y reputados”, como el dólar, el euro y el yen. El objetivo de evitar alzas y bajas pronunciadas en su cotización, el flanco más débil del bitcoin, la cripto más famosa.
“Hay que ver cómo se instrumenta y cuál es la ingeniería detrás del proyecto para saber si puede tener éxito o no”, señala Lucas Gardiner, director de la sociedad de bolsa Portfolio Personal. En su opinión, “la clave de todo es la brecha entre el precio de compra y de venta de la Libra, que en definitiva es el costo para el usuario”.
Para Gardiner, la “moneda” de Facebook debe atravesar varios desafíos. “Puede que tenga algo de éxito como medio de pago si resulta más barato que operar con dólares y si es aceptado masivamente”, algo que el bitcoin ni ninguna de las más de 2.500 criptomonedas logró. Pero además, resaltó que el riesgo principa es “el tema político y los marcos regulatorios”. “La Libra equivale a patear el tablero del sistema financiero internacional. Y para los bancos es un baldazo, porque los deja afuera del negocio”, completa Manuel Beaudroit, cofundador de Bitex, una plataforma argentina de compra y venta de criptomonedas.
Las discusiones sobre las regulaciones están de moda en todo el mundo por el avance de compañías tecnológicas como Uber y AirBnb. Las empresas tradicionales (taxis y hoteles, por ejemplo) reclaman reglas parejas para competir en igualdad de condiciones. Incluso en la Argentina es un tema caliente, sobre todo porque el Banco Central y la CNV (el organismo que fiscaliza la actividad bursátil) analizan reglamentaciones para equiparar la actividad de las fintech con los bancos, financieras, aseguradoras y agentes de Bolsa.
La Libra va más allá, porque es un intento de un conjuntos de privados por sustituir monedas de curso legal emitidas y respaldadas por gobiernos y entidades públicas. En una columna publicada por el Financial Times, Chris Hughes, uno de los cofundadores de Facebook junto a Zuckerberg, advirtió que Libra desplaza un poder “en manos equivocadas”. El empresario reclamó que los reguladores actúen rápido, porque “muy pronto podría ser demasiado tarde”.
De larga trayectoria en el mercado del bitcoin, el CEO de Ripio, Sebastián Serrano, analizó que la llegada de Libra tiene ventajas pero supone riesgos. “Estamos entrando en una nueva etapa en la que los privados empiezan a construir alternativas a las monedas de los Estados, digitales y totalmente globales”, pero por otro lado, destacó que eso “le da muchísimo poder a las corporaciones por encima de los Estados, lo cual puede ser un núcleo de disputas y conflictos futuros”.
Los conflictos ya empezaron, incluso antes de conocerse los verdaderos alcances de la nueva criptomoneda, una tarea que estará a cargo de Libra Association, el organismo integrado por Facebook sus 27 socios fundadores y que estará radicado en Suiza. Entre fondeaus y con música tirolesa, una mesa directiva será la responsable de limar los detalles y de la gestión del sistema, desde la administración de reservas a la emisión o retiro de Libras del mercado.
El dinero tradicional es regulado y cuenta con el respaldo de instituciones públicas. Sin embargo, los impulsores subrayan que Libra evitará los altos costos (comisiones y tiempo de espera, por ejemplo) de pagar por bienes o servicios o transferir fondos de un país a otro. El temor es que también pueda servir para lavar dinero, evadir impuestos o para financiar al terrorismo. El titular del Banco de Inglaterra, Mike Carney, adelantó que los bancos centrales “van a fijar las reglas de juego y el sistema (de Facebook) tendrá que aceptarlas, o entonces las cosas no funcionarán”.
“Los pagos internacionales son lentos y caros y Libra está pensada para facilitar eso”, dijo al Económico Osvaldo Giménez, vicepresidente de Mercado Pago, la unidad de negocios financiera de Mercado Libre. El ejecutivo señala que el uso del sistema será fácil, intuitivo y todo a través de una billetera digital (una aplicación), que informará “el saldo en Libras y también en moneda local”. En cuanto al lanzamiento en la Argentina, Giménez sostuvo que “estamos trabajando para generar las primeras transacciones en 2020”.
Andrés Neumeyer, profesor de Economía de la Universidad Di Tella, opina que el mecanismo de Libra, conceptualmente, es muy similar a un fondo de inversión, con “la diferencia de que existe la posibilidad de construir un medio de pago”. El catedrático considera que la nueva criptomoneda, en principio, “facilita muchísimas transacciones, sobre todo las internacionales, que son carísimas”. Neumeyer descree de las advertencias sobre su eventual uso para lavado de dinero y otros ilícitos. “Dudo mucho que los colosos involucrados en el proyecto quieran contribuir a eso”, dijo, pero concede que todavía “hay muchas cosas para consensuar con los distintos reguladores”.
El anuncio de la llegada de Libra repercutió sobre todo en los países centrales. El titular de la Reserva Federal de EE.UU., Jerome Powell, reveló que Facebook había realizado contactos con bancos centrales y organismos reguladores, entre ellos la FED. Sobre este punto, Powell consideró aventurado dar un dictamen, pero adelantó que tendrán las “expectativas altas” en materia regulatoria y de seguridad para los usuarios.
Libra encendió luces amarillas en el Congreso norteamericano. Varios legisladores le pidieron a Facebook que detenga su desarrollo hasta que el proyecto sea supervisado. Uno de ellas, la diputada demócrata Maxine Water, reclamó que la red social “acepte una moratoria hasta que el Congreso y los reguladores tengan la oportunidad de examinarlo y tomar medidas”, dijo. El debate comenzó mucho antes de conocerse la verdadera naturaleza de Libra.
Fuente: Diario Clarín
Fecha: 23/6/2019