La industria avanza hacia una economía circular

Actualmente atravesamos uno de los mayores cambios en el paradigma de desarrollo, que está migrando del modelo económico lineal a uno circular que promueve reducir las pérdidas e impactos de la producción en pos de alcanzar los Objetivos para el Desarrollo Sostenible (ODS).

El nuevo sistema económico denominado “economía circular”, mantiene un flujo de recursos a través del agregado, retención y regeneración de valor, a la vez que contribuye al desarrollo sostenible. En este escenario, el INTI —mediante unidades técnicas vinculadas a la sustentabilidad ambiental— resulta un actor estratégico en el desarrollo y transferencia de conocimientos a la industria que potencia la implementación de esta nueva mirada. A nivel internacional, el organismo está involucrado en la construcción del marco de referencia mediante su participación en los debates del Comité Técnico ISO 323 sobre economía circular (a través del Instituto Argentino de Normalización y Certificación). A nivel local, cuenta en todo el territorio con una red interdisciplinaria de profesionales que brindan asistencia técnica en los eslabones que plantea el nuevo paradigma.

Uno de los ejes de trabajo es el Análisis de Ciclo de Vida, para identificar impactos ambientales a lo largo de las cadenas de valor. Estos diagnósticos permiten redefinir procesos, productos y servicios a través del eco-diseño, la producción más limpia y otras herramientas como forma de acercar la industria nacional a la economía circular. Algunos ejemplos son el análisis de la emisión de gases de efecto invernadero producidos en la cadena de valor del trigo argentino que se encuentra por debajo del promedio internacional o la huella hídrica de alimentos.

Junto a la industria, también se están desarrollando nuevos materiales que permiten redefinir productos para que sean más sustentables. En este sentido, se destaca el caso de biomateriales provenientes de la valorización de residuos, reuso de materiales reciclables y puesta a punto de procesos para el reciclado bajo estándares internacionales.

En relación al fin de vida de los materiales, especialistas del INTI están colaborando en la consolidación del sector del reciclado. Son ejemplo de ello, la certificación INTI-CAIRPLAS que ofrece un reconocimiento a las industrias recicladoras de plásticos que actúan conforme a los estándares más elevados y busca promover el reciclado de este material, el acompañamiento a la empresa Regomax que diseña productos con neumáticos fuera de uso, el desarrollo de tecnologías y equipamiento local para reciclar diferentes fracciones de residuos, entre otros.

En los casos en los que no es posible la valorización material, se plantea como alternativa la generación de energías renovables a través de, por ejemplo, la biodigestión anaeróbica, la gasificación de biomasa y la valorización energética. Por medio de estas tecnologías, los recursos son aprovechados para obtener energía para los propios consumos de la cadena productiva o necesidades de los municipios en dirección a disminuir los impactos negativos sobre el ambiente. A su vez, en el caso de la biodigestión, es posible recuperar nutrientes a ser reincorporados en los ciclos productivos.

Para avanzar en la transición hacia la economía circular no sólo resulta clave brindar herramientas para asistir técnicamente a la industria, sino también trabajar conjuntamente con los gobiernos locales, regionales y nacional. En esta línea, el INTI forma parte de mesas de trabajo (como las de Economía Circular convocadas por el Ministerio de Desarrollo Productivo y el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación) y desde hace más de 10 años articula con actores de todos los eslabones de la gestión integral de residuos sólidos urbanos para promover el consumo responsable, la reducción, la reutilización y el reciclado. Para ello se han desarrollado manuales técnicos y de apropiación colectiva que promueven una gestión sustentable de los productos una vez que son descartados.