El trabajo remoto creció y cambiaron las rutinas laborales en las oficinas. En el futuro, lo virtual y presencial coexistirán.Arranca la era de los pandemials.
La pandemia introdujo y aceleró cambios en el mundo del trabajo. También en las oficinas, el transporte, en las relaciones humanas y también en los consumidores. La irrupción del coronavirus modificó todo, incluso el perfil de los empleados del futuro y sus talentos: los llamados “pandemials”. “Lo que buscamos es que tengan autonomía, sentido común, flexibilidad y dispuestos a desafiar el statu quo”, resumió el CEO de Telecom, Roberto Nóbile.
Justamente, “Los cambios en el trabajo”, fue tema central de un debate organizado por Clarín y que forma parte del ciclo “El mundo que viene”, en el que además de Nóbile, participaron Sergio Kaufman, presidente de Accenture Argentina; Brenda Puig, líder de la red de abogados de empresa de IDEA, y Santiago Bilinkis, emprendedor y tecnólogo, y que fue moderado por Daniel Fernández Canedo y Silvia Naishtat, editor jefe y editora de la sección Economía de Clarín.
“Buscamos que los nuevos empleados tengan autonomía y que estén dispuestos a desafiar el status quo”, dice Roberto Nóbile.
El ciclo cuenta con el apoyo principal de Banco Macro, OSDE y DESA. Y también con el acompañamiento de Telecom y Afarte. La primera charla abarcó las dificultades del presente y la “nueva normalidad” corporativa que llega, el trabajo remoto y presencial, las regulaciones y la capacitación. Y las urgencias en el mundo laboral y el músculo para afrontar la crisis. “En Accenture -destacó Kaufman- ya tenemos 3.000 pandemials”, dijo, en alusión a los empleados reclutados en pandemia.
“En un mundo que cambia constantemente, el saber vale poco”, sorprendió el alto ejecutivo del gigante de la consultoría. Al respecto, aclaró que lo primordial hoy es “el ejercicio de aprender”. Por su parte, Puig sostuvo que todas las empresas están impactadas por una realidad tan cambiante. “Algunas son más conscientes que otras y el desafío es repensar el futuro que viene”, dijo.
El futuro, en este sentido, ya llegó. El teletrabajo se impuso como modalidad predominante en el inicio de la pandemia y eso produjo respuestas inmediatas. Menos espacios y rediseño de oficinas, tareas remotas, exigencias flexibles para los trabajadores son algunas de las tendencias que aceleró la pandemia. Gran parte de esos cambios estaban previstos. No obstante, “lo que pensamos que iba a demorar 10 años nos pasó en 1”, sostuvo Kaufman.
¿Qué es lo que ocurrió? Las estadísticas reflejan en forma nítida el impacto de la cuarentena. En el segundo trimestre de 2020, 1.433.410 trabajaban en forma remota. En forma paralela, de 2017 a 2020, la vacancia de oficinas en Capital se duplicó (8,20% a 16,7%). De allí el auge del trabajo virtual y la menor ocupación de los edificios corporativos, son registros ineludibles. Nóbile consideró que esos cambios van a perdurar. “El 80% de nuestra gente -remarcó- quiere continuar trabajando en un formato híbrido y flexible”.
El teletrabajo, así, proliferó pero la virtualidad “en la Argentina lleva al menos 10 años”, aclara Puig, pero la pandemia intensificó un formato que llegó para quedarse. En este sentido, remarcó Bilinkis, “la capacitación para este mundo híbrido” es un aspecto fundamental. El tecnólogo se esperanza en que, una vez superada la pandemia, no haya una vuelta atrás y que se puedan aprovechar los aprendizajes “para construir una nueva normalidad”.
Para Santiago Bilinkis, “la capacitación para este nuevo mundo híbrido” es un aspecto fundamental de la reconversión.
Para Kaufman, la combinación de ambas modalidades laborales (presencial y virtual) implica enormes desafíos para las corporaciones. Dentro de las ventajas, está la comodidad de desarrollar y acomodar las tareas en función de los tiempos disponibles. “Así como el trabajo rutinario se puede resolver con teletrabajo, la creatividad y la innovación están seriamente dañadas con un esquema remoto”, señaló a modo de ejemplo.
Bilinkis hizo un balance: “Antes de la pandemia -destacó- las personas y las empresas desconfiaban mucho del teletrabajo. En pandemia nos dimos cuenta de que se pueden realizar muchos más trabajos en forma remota, pero además es mucho más conveniente para las empresas como para las personas”, dijo. Sin embargo, Bilinkis señaló que la “mayoría (empresas y trabajadores) hoy se inclina por un modelo más flexible entre la presencialidad y la virtualidad”.
El trabajo del futuro, coinciden los especialistas, será parecido pero también diferente al actual. El formato híbrido, de todos modos, “requiere de habilidades nuevas, porque el trabajo remoto es diferente al presencial”. Nóbile completó y dio pistas: “En Telecom tiene 23.000 personas y al inicio de la pandemia logramos que el 70% trabaje a distancia en menos de una semana”. Con respecto al futuro, el alto ejecutivo enumeró: “Lo que buscamos es que el trabajo sea mucho más ágil, organizado en células multidisciplinarias y sin fronteras”.
El formato híbrido implica regular el trabajo virtual y presencial. “El teletrabajo existe hace muchos años en la Argentina”, insistió Puig. Sobre este aspecto, la especialista cree que esa modalidad “tiene muchos beneficios, porque federaliza el empleo (se puede hacer desde cualquier lugar), baja los costos fijos, ocupa menos las oficinas y eso potencia a las pymes”. Puig señala que muchas empresas adoptaron la virtualidad y verificaron que funciona.
No obstante, la especialista aclaró que “algo de presencialidad es bueno y necesario” y consideró que este proceso de cambio “seguramente iba a suceder, pero se aceleró con la llegada de la pandemia”. Hacia adelante, las empresas ya vislumbran que “la nueva normalidad” laboral será distinta tanto a la prepandemia como a la de la actualidad. ¿De qué manera? “Estamos rediseñando todos los espacios físicos de las oficinas, con puestos de trabajo absolutamente móviles, y el empleado va a ir cuando necesite ir”, remarcó Nóbile. Por otro lado, añadió que “estamos trabajando en un modelo de capacitación para poder trabajar en una forma distinta”.
Kaufman completa: “Lo educativo tiene que cambiar también, ya no para formar personas para lo que se viene haciendo. Porque cuando vemos cómo se crea valor en el mundo, lo primordial son bienes intangibles. Esos son los cambios que se requieren para los trabajos futuros”, interpretó el alto ejecutivo de Accenture.