¿Cómo hago para trabajar bajo presión?

Por Bernardo Stamateas
Colaboración Especial

Las presiones suceden muy a menudo en los lugares de trabajo. Entonces deberíamos preguntarnos: ¿cómo hacemos para trabajar bajo presión? Te invito a descubrir algunas claves:

1. Para ser capaz de trabajar bajo presión, debo aprender a priorizar
Necesitamos distinguir entre lo importante y lo accesorio. Cuando yo sé qué es importante y qué no, puedo motivar a los demás. Y toda motivación es sinónimo de presión. Pero esta puede ser positiva, como la de un DT sobre los jugadores. Entonces toda presión positiva es motivación, la cual es fundamental para la acción. Por eso, sentimos que en el trabajo nos presionan, pero para hacer no para destruirnos. Cuando uno sabe cuál es su prioridad, puede transmitir una presión, que es motivación, a sí mismo y a otros. ¿De qué cosas deberías encargarte vos y qué cosas podrías delegar?

2. Para ser capaz de trabajar bajo presión, debo tomarme tiempo para pensar
Muchas veces estamos bajo activismo y no dejamos de hacer cosas. Como resultado, nunca nos detenemos un momento a pensar. Los grandes líderes siempre, antes de trabajar, piensan. Ellos dedican gran parte de su tiempo a pensar si les conviene tal o cual plan y cómo negociarán con los demás. En cambio, la persona hiperactiva, por lo general, no piensa. Todos podemos sentarnos a pensar cómo trabajar mejorar, cómo llevarnos mejor en la pareja, cómo ser un mejor padre/madre, etc. Por eso, es bueno dedicar un tiempo cada día, aunque sea breve, para pensar cómo te conviene encarar tus actividades. Vivimos una época en la que la mayoría de la gente actúa por impulso y luego se arrepienten.

3. Para ser capaz de trabajar bajo presión, debo aprender
a motivar
Los motivadores aprenden una técnica y la ponen en práctica. Pero algo muy distinto es ser dueño de una personalidad motivadora. Nada mejor que una persona que sabe contagiar entusiasmo a quienes la rodean. Lo que más motiva no es una técnica sino una personalidad.

¿Qué debería incluir la personalidad motivadora? Básicamente dos elementos:
a. Buen trato
Cuando nos tratan bien, nos sentimos atraídos y seguros. Quien sabe tratar bien a los demás (ya sea que lo merezcan o no) es capaz de trabajar bajo presión. Tratá bien a todo el mundo y nada te afectará.

b. Optimismo
La vida siempre nos presenta algo positivo y algo negativo. La persona motivadora es consciente de lo malo (no lo niega) pero se enfoca solo en lo bueno. Con esta actitud, transmite esperanza.
Si querés ser capaz de tolerar cualquier presión allí donde estés, cultivá cada día estos tres hábitos: priorizar, pensar y motivar.

Algunos tips
l La presión causa tensión que debe liberarse realizando ejercicio antes o después de la jornada laboral, al menos dos o tres veces por semana. La gimnasia aeróbica, las artes marciales y las actividades relajantes como yoga o meditación, te ayudarán a liberar el estrés acumulado durante el día.
l Toda persona precisa desenchufarse de su trabajo en algún momento del día, para balancear los distintos aspectos de su vida y recargar sus energías. Buscar actividades artísticas, deportivas o culturales que te entretengan fuera del trabajo, compartir con amigos o familiares, navegar en Internet, mirar películas, leer y escuchar música, son algunas maneras de disfrutar los descansos para reponerte.
l El mindfulness puede ayudarte con tu gestión del estrés, ordenar tus prioridades personales y profesionales y sentirte más satisfecho y feliz en tu día a día.