Afirman que hasta los 2 años no deberían estar expuestos. Y que hasta los 5, sólo una hora por día y con contenidos de alta calidad didáctica.
Niños y pantallas desde muy temprana edad. El famoso “chupete electrónico” multiplicado por mil. La Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) alertó sobre los peligros del uso de los dispositivos electrónicos y su asociación con trastornos en el sueño, alteraciones visuales, contracturas, tendinitis, sedentarismo, obesidad, depresión y ansiedad. Además, instaron a que los padres estén atentos a su utilización para ser un buen ejemplo para sus hijos y pasar con ellos tiempo de calidad.
Hasta los 2 años los niños no deben estar expuestos a pantallas, dicen los especialistas de SAP. Mientras que entre los 2 y 5 años el máximo aceptable es una hora diaria siempre que sean “contenidos de alta calidad didáctica, apropiados para su edad y que los vean acompañados por un adulto responsable”.
Sin embargo, a pesar de las recomendaciones actuales al respecto, el uso de televisores, computadoras, tablets, celulares y videojuegos “comienza cada vez a edades más tempranas”, según advierte Nicolás Cacchiarelli, médico pediatra y prosecretario del comité de Crecimiento y Desarrollo de la SAP.
Las pantallas impactan en forma negativa en un sentido doble: por el contenido que ven y también por todo lo que dejan de hacer por dedicar su tiempo a esta actividad. Por mirar la tele o pasar el rato con el celular no desarrollan sus vínculos afectivos, no realizan juegos creativos, no leen ni hacen ejercicio.
Si bien aún se están estudiando las consecuencias del uso de estos dispositivos por sobre lo aconsejado, desde la Sociedad Argentina de Pediatría remarcaron que entre las conclusiones preliminares surge que el cerebro interpreta la luz azul de las pantallas como que “es de día” y que eso produce alteraciones de sueño.
Además, se empezaron a detectar problemas visuales en forma precoz, contracturas y tendinitis que estarían vinculadas a estas conductas. En tanto, la obesidad, la depresión y la ansiedad son otros cuadros que pueden aparecer relacionados con reemplazar actividades buenas para la salud por la utilización de las pantallas.
En el marco de este alerta, la SAP compartió una investigación realizada en Canada en enero en la que se analizó a 2.441 madres y niños de menos de 5 años de ese país y se detectó una asociación directa entre el tiempo de pantalla al que se someten y el desarrollo cognitivo de los niños.
“Las cifras que arroja este estudio son alarmantes. Muestran, por ejemplo, que los niños de 2 años se encuentran expuestos a pantallas alrededor de 2 horas y media por día, y los 3 años, a más de 3 horas y media. Y se demostró que cuanto mayor es el tiempo de exposición a las pantallas a los 2 y a los 3 años, menor es el rendimiento encontrado en las pruebas de evaluación del desarrollo de esos mismos niños al ser evaluados a los 3 y a los 5 años respectivamente. Si bien no contamos con estadísticas locales, todo indica que en nuestro país la situación sería muy parecida”, sostuvo Esteban Rowensztein, pediatra, especialista en Desarrollo Infantil y secretario del comité nacional de Pediatría General Ambulatoria de la SAP.
La Organización Mundial de la Salud ya había recomendado en abril de este año no utilizar pantallas hasta los 2 años. Para la doctora en Comunicación, Roxana Morduchowicz, “hasta los tres, el vínculo entre niños y dispositivos electrónicos no debe existir y, en adelante, es clave dosificar su uso”.
La experta, que es autora del libro “Los chicos y las pantallas”, ofrece dos motivos. “Por un lado, tiene que ver con promover la actividad motriz de los chicos que no se logra con las pantallas y con fortalecer el vínculo de los niños con la realidad real antes de con la virtual”, agrega y asegura que la aparición de los dispositivos táctiles hizo que “se anticipara el inicio de la relación de los chicos con las pantallas”.
“Las casas argentinas hoy tienen más pantallas que libros, diarios y revistas en papel. Los cuartos de los chicos, más que nada de adolescentes, están poblados de pantallas”, remarca la experta y afirma que no solo hay que atender a la cantidad de horas como variable. “También es importante el contexto de uso: siempre es mejor que consuman contenidos acompañados”, suma. E insiste en que hay que diversificar los estímulos culturales y evitar que las pantallas se queden con el “monopolio del tiempo libre”.