Un estudio analiza los beneficios de caminar descalzo

Usar zapatos cambia la forma en que nuestros pies interactúan con el suelo, según un estudio en la revista Nature que examinó a caminantes descalzos y calzados, el estado de sus pies y el grado de las fuerzas que generan con cada paso.
El estudio nuevo revela que los caminantes se mueven de manera diferente cuando están descanses o calzados y tiene una sensibilidad distinta del suelo, afectando potencialmente el equilibrio y la carga en las articulaciones. Los resultados sugieren que andar descalzo podría tener sus ventajas,Como por ejemplo desarrollar callos.
Los humanos nacieron para caminar. Sin embargo, los zapatos son algo nuevo. Los hallazgos arqueológicos indican que los humanos empezaron a usar sandalias rudimentarias hace unos 40,000 años. Antes de eso, la naturaleza aparentemente pensó que nuestra mejor protección para los pies desnudos sería una piel resistente.
Así que la gente que camina sin zapatos desarrolla callocidades ásperas y gruesas en los talones y el ante pie, que pueden reducir las sensaciones de dolor al pisar objetos pequeños.
Daniel Lieberman, un biólogo evolutivo en la Universidad de Harvard que, con varios colegas, realizó muchas de las primeras investigaciones sobre los corredores descalzos, comenzó a preguntarse si esos callos podrían proteger y guiar a nuestros pies al caminar de manera en que los zapatos no pueden hacerlo.
Los investigadores realizaron un estudio en Kenia. Encontraron que la gente que había crecido caminando descalza tenía calles grandes y ásperos en los pies, de un 25 a un 30% más gruesos que cualquier callos en los pies de las personas que generalmente usaban zapatos.
Aún más inesperado, los callos eran sensibles de maneras específicas.
Los investigadores midieron la reacción de nervios en las profundidades de la piel en personas con y sin callos, y encontraron pocas diferencias. Otra prueba casi no registró variaciones en sus pasos, tuvieran callos gruesos o no.
De regreso en Estados Unidos, los investigadores hallaron que los zapatos pueden alterar la forma en que caminamos. Cuando voluntarios caminaban descalzos en caminadora, tocaba en el suelo casi de la misma manera en que lo habían hecho los caminantes descalzos en Kenia.
Pero cuando esos mismos voluntarios que se ponían zapatillas, su caminar se alteraba ligeramente. Empezaron a impactar el piso con mayor suavidad al principio, pero los impactos de cada paso persistían más que cuando estaban descalzos.
Los hallazgos sugieren que lo que nos ponemos en los pies afecta como caminamos, dijo Lieberman.

“Caminar descalzo puede ser divertido”, añadió. En los meses de calor, con frecuencia se quita los zapatos y deja que se formen callos nuevos. “Pero la mayoría del tiempo uso zapatos”.