“¿Que estás estudiando?”; “Licenciatura en Psicopedagogía”; “¿Psico queee..?”

Por: Mag. Susana Cancelo

Aún hoy podemos escuchar estos diálogos entre nuestros jóvenes alumnos. Ellos mismos nos interrogan sobre los alcances y las posibilidades de desarrollo profesional en el campo de la Psicopedagogía. Y la respuesta no es tan sencilla…

Podríamos acordar que la Psicopedagogía se define a través de un proceso histórico encuadrado por teorías que avalan una práctica profesional y que permiten dar cuenta, acerca de qué hablamos, cuando hablamos de Psicopedagogía.

En principio la psicopedagogía surge con la intención de identificar las causas del fracaso escolar a partir de la obligatoriedad de la educación primaria. Esta circunstancia, impulsada por la psicología experimental y el positivismo humanista de inicios del siglo XX, dio origen a un campo profesional que fue mutando con los años y las necesidades sociales.

Durante la década del 60, no se relevaron referentes teóricos propios. En este periodo, la función del psicopedagogo estuvo solapada bajo la figura del médico, que legitimó su práctica de rehabilitación escolar prescribiendo el plan de trabajo de acuerdo con el diagnóstico o dificultad percibida en el alumno (Baravalle, 1995). En este sentido, la formación universitaria se basó en un modelo reeducativo de funciones para abordar el problema de aprendizaje escolar (Lus, 2005).

Transcurridos varios años de la fundación de la carrera se empieza a hablar del trastorno de aprendizaje escolar como síntoma. Se introducía acá un nuevo rumbo en la intervención psicopedagógica: la clínica. Rumbo que además daba cuenta de que nuevas teorías se estaban manejando en este ámbito, básicamente, el psicoanálisis y la psicogénesis. Ya no se hablaba de reeducación, se hablaba de dilucidar el síntoma, descubrir los componentes emocionales en la vida del niño y su familia que generan la dificultad de aprendizaje. Se trasciende la consideración del sujeto como única categoría en la que se produce el problema de aprendizaje y se introduce la consideración de otros niveles como pueden ser la familia, la escuela y otras instituciones que participan en la vida del niño.

En la actualidad, el desarrollo de las neurociencias permite su consideración para la comprensión y tratamiento de obstáculos en el aprendizaje focalizando en el sostén neurológico y la intervención de las funciones psicológicas superiores (atención, memoria, lenguaje, praxias y gnosias) en los procesos de aprendizaje.

Además, hoy no podemos negar que la complejidad del proceso de aprendizaje exige una mirada multidisciplinar, que articule distintas perspectivas y se ajusten según las particularidades de cada caso.

Pero, al mismo tiempo, también es innegable que se amplía el campo de intervención a todo ámbito donde incursiona el sujeto de aprendizaje. Por lo tanto la psicopedagogía sortea la frontera del espacio escolar e incursiona en el ámbito socio-comunitario, de la salud, el trabajo, la justicia, el deporte, la tercera edad, etc. Las prácticas profesionales supervisadas, que nuestros alumnos realizan en el último año de su formación dan cuenta de numerosas experiencias con resultados altamente favorables para los sujetos, los grupos o las instituciones receptoras. Se  valoriza cada día más sus intervenciones y se les propone su continuidad laboral una vez recibidos. Es notable cómo frente a las circunstancias concretas, la psicopedagogía re construye sus herramientas conceptuales e instrumentales para dar respuestas adaptadas a cada necesidad.

En síntesis, el objeto de conocimiento de la psicopedagogía se constituye a partir de un conjunto de prácticas sociales y profesionales heterogéneas de los psicopedagogos . Por eso, la respuesta se dificulta. Nos obstante podemos afirmar que es un campo disciplinar en constante revisión y expansión.

Además, desde una posición reflexiva-crítica el profesional se ve en la necesidad de revisar las categorías conceptuales que utiliza en su campo de la práctica, analizar cómo su interpretación de las teorías incide sobre su propia práctica y delinean la intervención.

Por ello,  la práctica científica también cuestiona las condiciones de realización de la investigación definida como psicopedagógica en la UCP,  sobre los objetos de estudio que se construyen. La Universidad permite, desde sus líneas de investigación Psicopedagogía en el ámbito educativo y socio-comunitario, la participación del alumno en proyectos en curso.

Un especial cuidado merece la relación docente-investigación y práctica profesional en los procesos de enseñanza-aprendizaje universitario (diferencia y relación ciencia /profesión) pues la lógica académica, no es igual a la lógica de la práctica.

Comprender la relación causal de los procesos de enseñanza y aprendizaje supone explicarlos conceptualmente, para lo cual se hace necesario estructurar, en un marco teórico integrado, los aportes de las diferentes ciencias que se han ocupado específicamente de estudiar esos procesos o que trabajan con objetos próximos que contienen, se intersectan o están incluidos en los mismos. La teoría psicopedagógica no es autónoma. Es una teoría de encrucijada, en la  que confluyen aportes de las psicologías, las neurociencias y todas las ciencias sociales con el objetivo claro de potenciar la capacidad de aprendizaje e inclusión social del sujeto/grupo/institución, con la consideración constante del sentido ético y estético del aprender que están implicados en nuestras prácticas.

La Universidad de la Cuenca del Plata ha venido realizando actividades y acuerdos interinstitucionales a nivel local, regional e internacional; encuentros y jornadas de capacitación para lograr un nivel excelencia anhelado por quienes conformamos el Equipo de Conducción y Docente.

Sin dudas, es un momento de expansión y nuevos desafíos en el que la Universidad cumplirá un rol fundamental para la profesionalización y consolidación disciplinar.