La UCP acompaña el desarrollo del seminario “Las Neurosis Actuales”

El sábado 23 de junio la Delegada Regional Posadas de la Universidad de la Cuenca del Plata, Abog. Laura Jacobacci, acompañó el inicio del Seminario “Las neurosis actuales” que se desarrolla durante dos fines de semana consecutivos en el Instituto Nuevo Siglo de la ciudad de Corrientes Capital.

El pasado sábado 23 de junio, en el Instituto Nuevo Siglo, en la ciudad de Corrientes Capital, el licenciado Christian Gómez, presidente de la Asociación de Psicoanálisis de Misiones; ofició de profesor de la Red de Asociaciones Analíticas y Publicaciones Periódicas -AAPP- brindando la primera clase del Seminario “Las neurosis actuales”. Los comentarios en este encuentro estuvieron a cargo del profesor Martín Gómez. El tema abordado para casi cuarenta inscriptos se centró en Las neurosis actuales y las de transferencia. Angustia y vida pulsional” dando origen al seminario que culminará el sábado 30 de junio con las clases de la Licenciada Fátima Alemán,  del Instituto Pragma-APLP de La Plata -Buenos Aires. Este seminario cuenca con el auspicio académico de la Universidad de la Cuenca del Plata.

El expositor comenzó su exposición recordando que el lenguaje, como propio del ser humano, es un hecho social, colectivo y también es “del” sujeto.  Así el lenguaje es el hiato entre la naturaleza y el ser en tanto humano. Cada palabra tiene una significación colectiva y a su vez una individual y luego singular. Cada palabra “significa” algo para cada quien. Desde Freud a Lacan se entiende la cura como un dispositivo de la palabra.

 La neurosis  en relación al adjetivo “actual” del título,  representa al sufrimiento de la época. Así, sin comprender la época, los fenómenos actuales, es decir lo político del momento, es difícil como analista entender al sujeto que habla, explica el disertante. Comenta también que los discursos se cimentan en los derechos que los amparan. Sin la presencia de un estado de derecho ciertos discursos no son posibles.

Christian Gomez reseña que en el año 1769, el médico escosés William Cullen (1710-1790) acuño por primera vez el término “neurosis” como problema de los nervios y hacía mención a la angustia contemporánea que impedía que algunos hombres entren en la cadena de producción. Cullen utilizó el término por vez primera en 1769 y su uso fue recuperado más tarde por la psicología clínica.  La historia del concepto de neurosis sólo puede resultar comprensible en el contexto de la medicina occidental moderna, la cual se escinde práctica y teóricamente de la medicina medieval. La medicina se constituyó en una ciencia moderna entre los siglos XV y XVIII, con una matriz clínica anatomo-patológica. Y el concepto de neurosis apareció simultáneamente a las revoluciones científicas que le dieron origen.

Existen tópicos que pueden ser “variantes” como ser la época, las identidades, los roles, los modos de hablar y de vivir, todos los cuales se van transformando y por ende lo contamos diferente.  Y aquellos puntos que no varían implican que el ser humano es un ser hablante, sexuado y mortal. El padecer el lenguaje, lo que la significación hace con cada un@ de nosotr@s, la angustia ante lo desconocido de la muerte y como vamos viviendo la sexualidad son los tres ítems que no varían a lo largo del tiempo.

Así, siguiendo a Freud,  afirma que las neurosis “actuales” -sin mecanismo psiquico que retrotraen al pasado y al futuro- se diferencian de las de “transferencia· que historizan el tiempo del trauma en una infancia. Tienen su “causalidad” en un desarreglo en lo sexual. Las posibles soluciones que cada sujeto esboza ante esta “etiología”.

Elucida que el objetivo de las ciencias modernas es un yo social para “reprimir la angustia”. Que sus objetivos son adaptativos por ende trabajan conforme estos criterios. Así para decir lo que Freud nominaba “angustia” hoy los significantes que circulan son “pánico, ansiedad, estrés”, etc . Trastornos difusos y no síntomas como enigma de un sujeto,  que la ciencia médica con psicofármacos. La medicina lo que hace es aplacar estas expresiones con intervenciones ansiolíticas. O como diría Joaquín Sabina “con pastillas para no soñar”. El psicoanálisis propone la escucha y la intervención de la palabra.

Con el auditorio completo se cierra este primer encuentro, dejando solo deseos de más para la segunda jornada el próximo sábado 30 de junio.